SAHUMADORES DEL AMOR
Imagen de la red
Como fuego consagrado
unificamos nuestro espíritu
uniendo nuestras almas
a través del pebetero
perfumando nuestro amor,
dando esa esencia a nuestro corazón.
Iztac y tateo,
dioses blancos de la espiritualidad
nos unieron en un amor verdadero
que abrazaba el mismo universo
convirtiéndome a mi en sahumadora.
una guerrera,
defendiendo esa ilusión
que a mi vida llegó.
Y a ti en un sahumador
y con dichos elementos
fuimos capaces de transmitir vibraciones,
crear la armonía
y entonamiento a nuestros cuerpos
y con tus esencias
le diste abrigo a mi corazón.
Generando esa columna de humo,
eje de energía
que nos permitió entablar un dialogo
del cielo con la tierra.
a través de ese gran amor
y esa fue la fuerza espiritual
que siempre nos unió.
Lupita Molina de Hoyos
Mèxico. 11/11/2014
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